La clásica estructura, de marcada influencia francesa, encastra con la construcción moderna dando como resultado un tradicional sanatorio que al mismo tiempo tiene al servicio todas las herramientas tecnológicas y contemporáneas que necesita el ejercicio de la medicina.
El primer edificio fue diseñado por el reconocido arquitecto y artista plástico Alejandro Christophersen (1866-1946), quien dejó su huella en nuestra historia. La mano de la calle tenía la dirección contraria a la actual y la puerta principal enmarcaba el ingreso de las carrozas.
Luego la obra creció y se construyó sobre el mismo frente hasta el cuarto piso y mucho tiempo más tarde el edificio más reciente ubicado en la esquina de Marcelo T. de Alvear y Larrea.
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